miércoles, 13 de enero de 2016

Viajando con mi mascota

El perro es el mejor amigo del hombre... De eso no tengo la menor duda. Hace 10 años, entró a mi vida una perrita hermosa, una cruza de french poodle con maltés. Me robó el corazón en un segundo. Ibamos caminando por la calle cuando mi esposo (en ese momento eramos novios) y yo, cuando vimos a una señora vendiendo perritos afuera de un centro comercial. Él la cargó enseguida a esa pequeña bolita de pelos, esta comenzó a acurrucarse, mientras a mi la señora intentaba convencerme de llevármela. Por mi cabeza pasan mil cosas, que mis papás iban a poner el grito en el cielo. Pero bueno en 5 minutos me convenció. 

Al principio fue difícil porque en la casa todos pusieron el grito en el cielo, pero en una semana, la perrita ya se los había ganado a todos con su hermosura y ternura. 

Con el pasar del tiempo, con sus travesuras y lo lista y obediente a mi me ganó y a mi esposo no se diga, se convirtió en nuestra hija. A todas partes cargábamos con ella. 

Ahora que mi esposo falleció, a las dos nos dolió y afecto mucho. Por eso ahora que me iba de vacaciones de navidad con mi familia al D.F, no lo pensé dos veces y decidí llevármela. Como iba a ser la primera vez que viajaríamos tuve que investigar y prepararme bien para cualquier cosa. Así que les contaré como fue mi experiencia y que hice.

Yo vivo al norte de México. Para ir al D.F tenia 2 opciones, el autobús y el avión. Pensando en la economía, pregunté en el primero pero me pedían que mi perro debía ir dormido. Eso me provocó un poco de nervios (soy muy aprensiva y preocupona), así que aunque tuviera que desembolsar más no iba a poner en peligro a mi pequeña. Nos iríamos en avión.

En la ciudad que vivo, solo opera aeromexico y no es nada económica, por eso busque mi vuelo con mucha anticipación. Lo que hizo que este fuera más económico. 

Mi perrita es mediana y con el paso de los años y gracias a que mi esposo la mimaba mucho (comían juntos todo el tiempo) ha aumentado un poco de peso, por lo cual no podía viajar en cabina conmigo (los perros pequeños y que no superen [ahora lo sé] los 10 kilos, pueden ir con una bolsa transportadora y bosal en el avión como los pasajeros) y tenía que ir documentada. Esa fue la información que me dieron en el 01 800 de la aerolínea. 

Compré la caja transportadora, en la cual mi perrito cupiera parado y pudiera darse una vuelta, con tal de que estuviera cómodo. Indicaciones de la aerolinea, Es más, en las oficinas de esta empresa te dan una hoja con las dimensiones permitidas de las cajas para transportar a tu mascota. 

Después fuimos al veterinario a una revisión general, aplicación de vacunas (debe ir al corriente) y un baño. Además de solicitar al médico la redacción de una carta que conste la buena salud de nuestra mascota. Ya que al documentar, debes presentar la carta junto con el carnet de vacunación. 

El día del vuelo, como fue muy temprano, mi pequeña tuvo que ir en ayunas. En la caja le puse papel absorbente en el piso y una mantita que usa para cuando la subo a los muebles. Luego cerré con cadena y candado la caja. A esta le coloqué una calcomanía dirigida a las personas que manipularían la caja. Aunque la empresa coloca también una tarjeta indicando que viaja un animal vivo. Al documentar te hacen firmar una carta donde deslindas a la empresa de cualquier problema durante el viaje, incluso si llega a fallecer durante el vuelo. 




Lista para volar

Luego de documentar nos despedimos y al llegar a la Ciudad de México, luego de un vuelo de una hora 10 minutos, encontré a mi pequeña bien pero llorando de desesperación por salir de la caja. 

Mi pequeña afuera del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México 

El regreso

Al documentar, el joven que me atendió me dijo: pudiste viajar con ella en cabina con su bolsa, ya que la caja está muy grande. 

Yo le respondí: Sí pero me indicaron en el 01 800 que por el peso de mi perro no se podía y ni modo. 

Luego pasamos a una revisión física. En la cual unos jóvenes inspeccionaron el interior de la caja y palparon a mi pequeñita. Sellaron la caja con cinchos al rededor de ésta. Colocaron una hoja indicando que la caja ya había sido revisada y la pasaron a un elevador. Ahí nos despedimos para vernos casi 3 horas después ya que mi vuelo se retrasó un poco (gracias a la supuesta captura del Chapo, ya que ese 8 de Enero que regresaba a casa, lo traían de Sinaloa o no se de donde hacía la Ciudad de México, por lo cual el aeropuerto estuvo cerrado durante unas horas).

En resumen valió la pena viajar con mi pequeña, fue tratada muy bien por todo el personal. Al documentar tanto de ida como de regreso, las personas que me atendieron le hablaban con ternura y se ponían todos melosos al verla. Gracias al retraso de mi vuelo de regreso me tocó ver cuando la subían al avión y todo fue con cuidado. El costo de su boleto por así decirlo fue muy económico, ya con el impuesto solo pagué $700 (por el viaje redondo). Me salió mucho más cara la caja. 

Ahora que ya sé que puede ir conmigo en cabina, trataré de que así sea la próxima vez. 

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