domingo, 17 de enero de 2016

Lo cortés no quita lo valiente

La educación ante todo. Mis padres siempre me enseñaron que debía respetar a mis mayores. Hablarles de "usted". Ser agradecida y respetuosa ante los demás. Como dicen la educación abre puertas. Entre las personas que siempre me enseñaron a respetar fue a mis abuelos, tíos, conocidos y con mis maestros. Estos últimos porque me enseñaban, me instruían. 

Pero no a toda la gente sus padres los forman y educan. Sé que a veces hay un problema conmigo, mi estatura y que no sé porque razón a veces aparento menos edad de la que realmente tengo.

Hace algunos años tuve que apoyar a una amiga, la cual había conseguido unas horas para dar clases en una universidad de paga conocida en la ciudad. Al final ella no pudo cubrir la plaza porque en su trabajo no le dieron facilidades. Así que me pidió cubrirla. Eso hice, yo sin experiencia de profesora y ante un grupo de veintiañeros mal educados, que me veían como tonta. No me respetaban, no me hacían caso, en fin, fue una tortura soportarlos durante un semestre. Fui universitaria como ellos y jamás me porté así con un profesor aunque me cayera mal o no me gustara su clase. Y vaya que tuve malos maestros a lo largo de mi vida. Ante todo mostraba respeto, porque esa persona que estaba al frente sabía algo que yo no. Así no fuera bueno impartiendo o su clase me pareciera inservible. Pero a veces al ser jóvenes no entendemos que todo es formación y todo nos servirá en el camino. Lo creamos o no. De cada maestro aprendí algo. Del que nunca nos enseño nada, aprendí a no ser como él. Del que solo nos regañaba, aprendí a ser más disciplinada y así podría ir mencionando a todos. 

Como dicen, la vida da muchas vueltas y nunca sabemos donde acabaremos por eso, debemos respetar a nuestros mayores y profesores. Nadie en este mundo es perfecto, nadie sabe lo que carga el otro en su costal, y si somos unos jóvenes, la vida aún no nos ha dado golpes buenos y malos para llenarnos de experiencia. Debemos dejar que nos instruyan, nos caigan bien o no. Siempre debe haber una línea entre maestro y alumno, más porque aunque sean pocos los años de diferencia, debe existir esa barrera porque no podemos irnos de parranda ni cotorrear. Es como en el trabajo, no te la pasas de juerga con el jefe. Ya que debe existir una jerarquía y no por sentirse superior, si no porque si no respetamos perdemos control. 

Pasa lo mismo con nuestros padres, podemos llevarnos super bien, porque resulta que son alivianados, pero si ellos no ponen una linea de respeto, los hijos se les subieran a las barbas y cuando deseen controlar sera imposible. 

Ahora regresando al tema, si queremos comportarnos como los sabelotodos o los superiores en conocimientos, o en lo que sea ante otros que creemos inferiores, no pasa nada si los respetamos, por eso reza así el dicho de lo cortés no quita lo valiente. El ser educado no nos hace débiles ante los demás, por el contrario. 

También dicen que hay 2 cosas que no se pueden ocultar, el dinero y la educación. No necesitamos ser groseros y soberbios, porque a la larga lo único que demostramos es nuestra falta de educación.  

miércoles, 13 de enero de 2016

Viajando con mi mascota

El perro es el mejor amigo del hombre... De eso no tengo la menor duda. Hace 10 años, entró a mi vida una perrita hermosa, una cruza de french poodle con maltés. Me robó el corazón en un segundo. Ibamos caminando por la calle cuando mi esposo (en ese momento eramos novios) y yo, cuando vimos a una señora vendiendo perritos afuera de un centro comercial. Él la cargó enseguida a esa pequeña bolita de pelos, esta comenzó a acurrucarse, mientras a mi la señora intentaba convencerme de llevármela. Por mi cabeza pasan mil cosas, que mis papás iban a poner el grito en el cielo. Pero bueno en 5 minutos me convenció. 

Al principio fue difícil porque en la casa todos pusieron el grito en el cielo, pero en una semana, la perrita ya se los había ganado a todos con su hermosura y ternura. 

Con el pasar del tiempo, con sus travesuras y lo lista y obediente a mi me ganó y a mi esposo no se diga, se convirtió en nuestra hija. A todas partes cargábamos con ella. 

Ahora que mi esposo falleció, a las dos nos dolió y afecto mucho. Por eso ahora que me iba de vacaciones de navidad con mi familia al D.F, no lo pensé dos veces y decidí llevármela. Como iba a ser la primera vez que viajaríamos tuve que investigar y prepararme bien para cualquier cosa. Así que les contaré como fue mi experiencia y que hice.

Yo vivo al norte de México. Para ir al D.F tenia 2 opciones, el autobús y el avión. Pensando en la economía, pregunté en el primero pero me pedían que mi perro debía ir dormido. Eso me provocó un poco de nervios (soy muy aprensiva y preocupona), así que aunque tuviera que desembolsar más no iba a poner en peligro a mi pequeña. Nos iríamos en avión.

En la ciudad que vivo, solo opera aeromexico y no es nada económica, por eso busque mi vuelo con mucha anticipación. Lo que hizo que este fuera más económico. 

Mi perrita es mediana y con el paso de los años y gracias a que mi esposo la mimaba mucho (comían juntos todo el tiempo) ha aumentado un poco de peso, por lo cual no podía viajar en cabina conmigo (los perros pequeños y que no superen [ahora lo sé] los 10 kilos, pueden ir con una bolsa transportadora y bosal en el avión como los pasajeros) y tenía que ir documentada. Esa fue la información que me dieron en el 01 800 de la aerolínea. 

Compré la caja transportadora, en la cual mi perrito cupiera parado y pudiera darse una vuelta, con tal de que estuviera cómodo. Indicaciones de la aerolinea, Es más, en las oficinas de esta empresa te dan una hoja con las dimensiones permitidas de las cajas para transportar a tu mascota. 

Después fuimos al veterinario a una revisión general, aplicación de vacunas (debe ir al corriente) y un baño. Además de solicitar al médico la redacción de una carta que conste la buena salud de nuestra mascota. Ya que al documentar, debes presentar la carta junto con el carnet de vacunación. 

El día del vuelo, como fue muy temprano, mi pequeña tuvo que ir en ayunas. En la caja le puse papel absorbente en el piso y una mantita que usa para cuando la subo a los muebles. Luego cerré con cadena y candado la caja. A esta le coloqué una calcomanía dirigida a las personas que manipularían la caja. Aunque la empresa coloca también una tarjeta indicando que viaja un animal vivo. Al documentar te hacen firmar una carta donde deslindas a la empresa de cualquier problema durante el viaje, incluso si llega a fallecer durante el vuelo. 




Lista para volar

Luego de documentar nos despedimos y al llegar a la Ciudad de México, luego de un vuelo de una hora 10 minutos, encontré a mi pequeña bien pero llorando de desesperación por salir de la caja. 

Mi pequeña afuera del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México 

El regreso

Al documentar, el joven que me atendió me dijo: pudiste viajar con ella en cabina con su bolsa, ya que la caja está muy grande. 

Yo le respondí: Sí pero me indicaron en el 01 800 que por el peso de mi perro no se podía y ni modo. 

Luego pasamos a una revisión física. En la cual unos jóvenes inspeccionaron el interior de la caja y palparon a mi pequeñita. Sellaron la caja con cinchos al rededor de ésta. Colocaron una hoja indicando que la caja ya había sido revisada y la pasaron a un elevador. Ahí nos despedimos para vernos casi 3 horas después ya que mi vuelo se retrasó un poco (gracias a la supuesta captura del Chapo, ya que ese 8 de Enero que regresaba a casa, lo traían de Sinaloa o no se de donde hacía la Ciudad de México, por lo cual el aeropuerto estuvo cerrado durante unas horas).

En resumen valió la pena viajar con mi pequeña, fue tratada muy bien por todo el personal. Al documentar tanto de ida como de regreso, las personas que me atendieron le hablaban con ternura y se ponían todos melosos al verla. Gracias al retraso de mi vuelo de regreso me tocó ver cuando la subían al avión y todo fue con cuidado. El costo de su boleto por así decirlo fue muy económico, ya con el impuesto solo pagué $700 (por el viaje redondo). Me salió mucho más cara la caja. 

Ahora que ya sé que puede ir conmigo en cabina, trataré de que así sea la próxima vez.