Cuando escuchaba la frase de:
Me quedaba pensando y decía: no, porque yo tengo este problema y no puedo resolverlo. Sentía que el mundo se me venía encima. Pero conforme uno envejece se va dando cuenta que es cierto, que todo se puede solucionar, que por más grave que se vean las cosas, siempre encontraremos una manera de resolverlas. Lo que no se puede solucionar es la muerte, cuando esta llega no se puede hacer nada por retener a esa persona, porque sus ojos no se cierren para siempre...
Todo tiene solución menos la muerte...
Me quedaba pensando y decía: no, porque yo tengo este problema y no puedo resolverlo. Sentía que el mundo se me venía encima. Pero conforme uno envejece se va dando cuenta que es cierto, que todo se puede solucionar, que por más grave que se vean las cosas, siempre encontraremos una manera de resolverlas. Lo que no se puede solucionar es la muerte, cuando esta llega no se puede hacer nada por retener a esa persona, porque sus ojos no se cierren para siempre...
Hace 3 meses que mi esposo falleció y esa
frase no deja de rondar por mi cabeza. En este periodo de tiempo se han
acercado a mi infinidad de personas, unas con la intención de consolarme y
otras solo por el morbo de saber que sucedió. Algunas con sus palabas de
aliento o abrazos me han reconfortado pero otros al no saber que decir me hacen
sentir peor. Que te digan: No te lo puedo traer de nuevo... Eso lo sé, nadie
puede traer a otra persona de la muerte. Claro que me gustaría ver a mi esposo,
volver a abrazarlo, platicar con él, pero ¿creen que soy ingenua? Se
perfectamente que el tiempo no se puede volver atrás y no puedo traer a mi
esposo conmigo otra vez.
En una ocasión me encontraba llorando,
estaba muy triste y una persona me dice: todos tenemos tribulaciones. Me quede
muy seria e inmediatamente vino a mi mente: Todo tiene solución menos la
muerte. Sí, todos tienen problemas y yo no quiero ponerme en un escalafón y
liderarlo o que la gente me tenga lastima por ser viuda. Pero repito, todo se
resuelve. La persona que me lo dijo, acababa de ser despedido y yo solo me
dije: esta persona se siente mal pero puede buscar y conseguir otro empleo, mi
dolor es porque jamás volveré a ver a mi esposo. En verdad la muerte no tiene
solución, cuando alguien se va es para nunca volver más que en sueños.
Desde que mi esposo falleció me han pasado
infinidad de cosas. Hace unos días tuve un pequeño accidente de auto, y todo lo
he tomado con una calma increíble que hasta me sorprendo a mí misma, porque soy
una neurótica que cuando algo no sale bien, estalla en desesperación. Mientras
esperaba al ajustador, solo me decía: no pasa nada, todo se va a resolver. Y es
que cuando te enfrentas a la muerte de un ser querido, lo demás se vuelve
irrelevante. No es que la vida no me importe, tengo planes aún con mi dolor, mi
vida sigue, pero creo que ya enfrente la prueba más dura que Dios me pudo
poner, continuar viviendo sola y con un dolor y un hueco en el corazón.
Como dicen, todo pasa, todo cambia... así
que cada que tengamos un problema que nos agobie y sintamos que no podemos,
respiremos, las cosas se solucionan solo es cuestión de enfriar la cabeza,
pensar claro y actuar. Lo único que no se puede solucionar es la muerte, esta
llega y no hay manera de impedirla.
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