martes, 23 de junio de 2015

La ridícula idea de no volver a verte

Es el título de un libro que debí botar y dejar a un lado cuando la misma autora escribió: no sé donde va a parar esto. Se nota que no tenía idea de que iba a escribir. Lo que me parece mal es que haya habido una editorial que publicara esto. Yo no la conozco, se trata de una periodista española que tal vez en su país es muy famosa y por ello este libro salió a la luz. De haber sido un desconocido esto no llega a imprimirse. 

Sigo sin entender el uso de Hashtags en este libro. ¿Para qué? ¿Para entrar en onda? No entiendo como un libro tiene hashtags si no se esta leyendo en línea como para darles clic y que estos me llevarán a temas relacionados con esa etiqueta. Tal vez quiso verse novedosa pero me parece fuera de contexto. 

Marie y Pierre Curie
Cuando ví la caratula en la librería y leí la sinopsis me atrajo. Decía que cuando a la periodista Rosa Montero le dieron el Diario de Madame Curie (el cual escribió luego de la muerte de su esposo Pierre) sintió la necesidad de escribir. Pensé ingenuamente que hablaría del dolor tan grande que significa perder a tu pareja. Pero vaya fiasco. Me topé con un libro que al parecer fue un ensayo, pero un ensayo de libro (no tanto la figura literaria de este), ya que desde un inicio la periodista se declara perdida en cuanto a lo que hace e intenta desmenuzar la vida de Marie Curie pero bajo su percepción. Rosa Montero nos describe a una seria y desaliñada Marie, basándose en fotos y en biografías. Parecía que estaba leyendo el Hola. Por si esta forma de tratar la vida de un personaje ilustre me pareciera mal. El libro contiene fotos y temas que están muy fuera de lugar. Uno que provocó mi hilaridad y mis ojos de sorpresa fue cuando hablo de un estudio que dice que si las mujeres tienen el dedo anular más largo que el índice son menos feministas, etc. Y ella basándose en una foto (en la cual es imposible ver bien las manos de Curie) señala que su anular es más largo y que por eso entiende que fuera poco femenina, que no se arreglara, etc. Pura banalidad. Hay una parte del libro hasta donde se imagina como era Marie en la intimidad. En verdad me desagrado mucho esta lectura. La encontré vacía y hasta molesta. 


La mercadotecnia, el título me atrapó pero el libro es un fiasco

El tema de la muerte de Pierre se trata pero muy por encima. Solo como un tema más de todos los que componen este libro, que pasa desapercibido y eso que el título hace referencia muy grande. El único lugar donde el título se ve reflejado es el apéndice, ya que se nos comparte el Diario, en el cual se lee ese dolor, esa confusión de cuando el ser amado se ha ido. Para las que somos viudas, nos identificamos, nos vemos reflejadas. El hablar con nuestro esposo aunque sabemos que él ya no está. El sentir su presencia en ocasiones. El querer verlo de nuevo. El tratar de entender como continuar si se nos ha ido la mitad de nuestra existencia. Cuando leí las líneas que Marie escribió me dolió. Porque me he sentido igual. Porque han pasado 5 meses y aún no puedo comprender esto. Aún no sé porque me pasó (si así es la vida y nadie es eterno, pero duele, cuesta trabajo comprender cuando la persona que falleció era joven). Siento mi vida sin sentido alguno. Me siento completamente perdida. A veces ya no quiero continuar, solo quiero verlo, estar a su lado. La ridícula idea de no volver a verlo me perturba. Me siento muy mal cuando caigo en cuenta que jamás lo veré, que jamás volveré a oír su voz. Que ya no existe y que estoy sola y perdida cuando muchas de mis amigas y conocidas están formando familia. No estoy celosa de ellas, me da tristeza que él se fue, que nuestros sueños y proyectos se quedaron inconclusos. 

Más de uno dice que mi duelo tardará un año, a veces me parece mucho tiempo y otras muy corto para sanar. No sé que vaya a suceder. Madame Curie comenzó a escribir el día que Pierre falleció y terminó su diario al año de su muerte. El tiempo es relativo. No sé si 12 meses me ayudarán a sobreponerme y entender que él se fue antes que yo. 

Para finalizar, solo puedo decirles que no me gusto nada el libro. Perdí 3 semanas de mi tiempo leyendo algo sin sentido. Tantos comentarios de percepción personal me hacen perderle respeto e interés. Además de que no hace honor al titulo. Lo único valioso es el Diario de Madame Curie. 

jueves, 18 de junio de 2015

Amsterdam... mi viaje de ensueño a su lado



Desde muy pequeña me han llamado la atención las pinturas de Van Gogh. Con el pasar del tiempo comencé a leer sobré él y terminé enamorada de su obra. Un día me topé con el libro "Anhelo de vivir", que trata la vida del pintor dándole un toque novelesco, pues quede fascinada con ese personaje tan aferrado a sus sueños. Cuando tenía como 20 años me enteré de su museo en la ciudad de Amsterdam. Soñaba con algún día visitarlo. Pero era un sueño lejano e imposible. La vida siguió y mi admiración por Vincent continuó. 

En enero de 2008, a mi esposo, que en aquel entonces era mi novio y que tenía pocos meses de haber entrado a trabajar a una empresa de desarrollo de software. Le asignaron un proyecto de trabajo en Amsterdam. Los dos no lo podíamos creer. Estábamos muy contentos, las cosas laborales para ambos estaban pintando muy bien. A parte el que en tan poco tiempo trabajando para la empresa lo seleccionaran para ir a Europa era algo muy bueno. Pero internamente yo lo envidiaba, hubiese dado cualquier cosa por estar en su lugar. Iba a viajar y quedarse 3 ó más meses a la ciudad donde estaba el lugar de mis sueños, el Museo de Van Gogh. El día que lo despedí en el aeropuerto le dije: Solo quiero algo de allá... Que vayas al museo de Van Gogh (a él no le gustaban los museos), te lo aprendas de memoria y cuando regreses me tienes que contar todo con detalle. 




Ninguno de los 2 imaginaríamos lo que sucedería después. Esas extrañas casualidades donde todo se acomoda. El partió a Europa en febrero de ese año. La empresa para la que trabajaba tenía como política que cuando sus empleados duraran "x" tiempo fuera de México podían regresar un fin de semana para visitar a su familia pero si no querían hacerlo, entonces el boleto se endosaba para la persona que ellos eligieran y recibir la visita en la ciudad donde se encontraban.

Así fue como a mi me dio la noticia en marzo. Yo pensé que sería imposible arreglar todo para ir a verlo. Yo tenía solo 6 meses de haber entrado a trabajar a una empresa, así que ese era mi primer problema, el permiso laboral. Pero cuando a penas expliqué recibí de respuesta: Claro, ve, luego nos repones los días... Yo no podía creerlo. Me estaban dando permiso de tomar vacaciones con tan poco tiempo e iba a viajar a Europa. Pero antes de seguir soñando, tenía que arreglar algunos detalles más. 

Faltaba convencer a mis papás. Ok, no era una niña, tenía 27 años, pero seguía viviendo con ellos, así que tenía que pedir permiso. Batallé un  poco, pero al final dijeron: Esto no pasa seguido y es gratis, así que puedes ir. Efectivamente, son cosas que no se dan siempre. El boleto iba por cuenta de la empresa de mi novio. Me quedaría en la habitación de hotel con él (esto era lo que a mis papás no les agradaba, jajaja) y sus viáticos eran tan amplios que alcanzaría para que comiéramos ambos. Así que yo solo tenía que llevar algo de dinero para imprevistos o por si se me antojaba algo. Pero había un pequeño detalle. Yo estaba ahorrando para comprar mi primer carro y estaba solo esperando la autorización de la agencia. Esta llegó en la semana que mi mi esposo (novio en aquel entonces) me aviso del viaje. Así que tuve que re negociar mi crédito para poder dar menos dinero y así llevarme algo al viaje. El vendedor acepto enseguida. Así que en menos de 3 días todo había sido fácilmente resuelto. No les parece increíble? A mi me sigue causando gracia como todo se dio de repente y se resolvió todo para que yo viajará a visitar a mi novio y a conocer a obra de mi pintor favorito. 

Los días previos al viaje, mi esposo (novio en aquel entonces) me mando toda la información que necesitaría al llegar. Me envió mapas, hasta un simulador de la máquina donde compraría mi boleto de tren, que me llevaría del aeropuerto a la estación central de Amsterdam. La explicación de cuantas cuadras caminaría de ahí al hotel. Ya que yo llegaría un lunes por la mañana y él estaría en el trabajo. Así que tenía que arreglármelas sola. 

Llegó el día, yo no cabía de emoción. Luego de un viaje de muchas horas, descendí del avión y me dirigí a la aduana. Ahí me atendió una joven que en cuanto vio mi pasaporte me preguntó: Do you speak english?

Yo: No

Ella intentó hablarme en español y yo traté de hablar inglés. El interrogatorio fue un poco largo (en comparación con todos los que habían pasado antes que yo). Pero también fue gracioso ya que ambas nos corregíamos y nos daba risa. La pregunta final: Cuánto dinero traes? 

Pensé que cuando le dijera la pequeña cantidad me iba a decir: regresate, no puedes pasar, jajajaja. Llevaba 5 mil pesos, que en euros se convirtieron en solo 300. Ella me dijo: ¡Bienvenida! y levantó la pluma para que pasara. Wow ya estaba en Holanda. Ahora con todos los nervios del mundo tenía que buscar la máquina de boletos de tren. Tenía miedo de equivocarme e irme a otra ciudad. Cuando estaba frente a la máquina y buscaba las instrucciones que mi esposo (novio en aquel entonces) me había dado. La gente comenzó a formarse, yo cedí el paso y cuando levanté la vista, ví que era él, mi esposo (novio en aquel entonces) quien se había puesto detrás mio. La escena no pudo ser más cursi, así eramos nosotros. A penas lo vi y me le lance a darle un fuerte abrazo. Tenía un mes de no verlo. 

Los dos íbamos muy contentos en el tren, yo como niña con todo lo que veía a mi paso. Todo me sorprendía, todo me gustaba. Estaba muy cansada pero feliz, porque estaba del otro lado del charco y con mi amorzote. Estaba muy enamorada de él. Mira que poder hacer este tipo de viajes a su lado fue de las mejores cosas que me pudieron pasar. 



Recuerdo mi emoción e incredulidad al ver el enorme estacionamiento de bicicletas que esta a un lado de la estación central. A mi todo me encanto, la arquitectura, todo mundo en su bici. Lo ordenado y limpio de la ciudad. El que a pesar de que la prostitución y la mariguana son legales uno anda con mucha seguridad por todas partes. 






Para que los dos pasáramos más tiempo juntos, él hizo ajustes en su horario, se levantaba a las 5:00 am para salir temprano y aprovechar la tarde y llevarme a conocer la ciudad. Todas las mañanas yo me salía a caminar, caminar y caminar, tomar fotos, entrar a las tiendas de souvenirs, sentarme en las plazas que me encontrara a alimentar a las palomas y observa a la gente que pasaba. A pesar del frío (a mi no me gusta) yo estaba encantada. Era como un sueño. Sí pero un sueño hecho realidad. El tiempo que pasamos juntos que fue poco, fue de calidad. Él me consintió como nunca, me llevó a los lugares que yo deseaba, me compró algunas cosas que me gustaron y por supuesto me acompaño primero a la casa de Ana Frank y luego al Museo de Van Gogh. 

Un día, después de cenar le dije: Llévame al barrio rojo. 

Él: ¿segura?

Yo: si, no quiero que alguien me cuente, quiero ver con mis propios ojos.

Me llenaba de curiosidad ver como se exhibían las prostitutas en esos aparadores con su famosa luz roja. La experiencia fue enriquecedora. El que no este cerrado como en otras partes que colocan este tipo de zonas a las afueras de la ciudades es lo que me llamo la atención. Que este enclavado en pleno centro de la ciudad y que se mezclen las vitrinas de las prostitutas con negocios de todo tipo. Con escuelas y hasta con una iglesia. Hay para todos los gustos y los bolsillos, desde mujeres muy guapas, hasta unas demasiado operadas y otras muy dejadas. Había muchos hombres buscando la mejor oferta y otros como nosotros solo viendo. Nosotros íbamos tratando de escapar de los que a fuerza quieren jalarte para entrar a los clubes que ofrecen shows de sexo en vivo o de los vendedores de cocaína que se te acercan y te ofrecen sin pena. Nosotros nos divertimos y tratábamos de tomar una foto de las vitrinas sin ser descubiertos ya que no esta permitido retratarlas. Lo que si no probé por miedosa fue la mariguana a pesar de los muchos Coffee shops que me tope en mi camino. 





Los días transcurrieron muy rápido. Ya había visitado algunos lugares importantes, pero faltaba lo que más deseaba, el Museo de Van Gogh. El día que asignamos para ir, él pidió permiso para faltar. Nos levantamos muy temprano. Fue el día más frío que me tocó en la ciudad. Llegamos al lugar y había una fila larga y tuvimos que esperar una hora a que abrieran. 

Yo estaba feliz. Tenía frente a mí la obra de mi pintor favorito. Podía admirar sus pinceladas, su color, todo. Vi algunas de las cartas que durante años Teo y Vincent se enviaron. Admiré sus bellos bocetos. Estos me encantaron. Sí tal vez no fue el mejor pintor que haya existido, pero si el que tuvo el corazón y pasión para hacer lo que deseaba aunque los demás le dijeran que no era bueno. 




Al salir del museo, mi felicidad era infinita, sentía que ya podía morir en paz. Un sueño cumplido y al lado del amor de mi vida. No se hubiera hecho realidad de no ser por él.



Luego del museo nos pasamos a tomar nuestra foto obligada en el letrero gigante de I amsterdam. Días antes lo vi por internet y le dije: tenemos que ir. Cuando lo vi a lo lejos por una ventana del museo le dije como niña desesperada: ¡saliendo vamos! De ahí nos fuimos rumbo al hotel, pero antes de llegar nos detuvimos en una cafetería (estaba haciendo mucho frío) en donde entre risas disfrutamos un café con pan. Al salir comenzó a caer agua nieve y aunque el hotel estaba a 3 cuadras y nos estábamos congelando, todavía nos paramos a tomarnos fotos frente al Palacio Real. Estábamos muy contentos, cada cosa que veíamos o nos sucedía era una experiencia agradable. 


Dos días después se acabaron mis vacaciones y tenía que regresar a México. Salimos muy temprano rumbo al aeropuerto. Al momento de despedirnos (nos vimos muy cursis, pero me da gusto). No nos soltábamos de la mano. El solo pensar que iban a pasar más de dos meses para volver a vernos me entristecía. Habíamos pasado 6 días increíbles. Ese viaje y toda la experiencia son de esas cosas que no se repiten dos veces. Esos sueños que parecen imposibles de cumplirse. pero que la vida de repente te da gratas sorpresas y lo que parece difícil se vuelve realidad. 

Hoy que él ya no está conmigo, me llena de gusto y satisfacción haber conocido esa bella ciudad y visitado el Museo de Van Gogh con él. Todo pasa en el momento preciso. 


miércoles, 10 de junio de 2015

Mi mundo se pinto de gris

Yo amaba el color, los tonos brillantes, los espacios llenos de luz... Pero ahora mi mundo se pinto de gris...

Han pasado 5 meses desde que mi esposo partió. Intento salir adelante pero la soledad es dura. Es difícil ver que no tengo con quien platicar mi día a día. Que no estará para comer, para ver películas, para abrazarme y darme un beso y decirme: te amo. 

Cuando decides compartir tu vida con alguien, te imaginas que será por años, hasta que la muerte los separe pero ya mayores, ya de ancianos, cuando hayan tenido hijos, los hayan educado, visto crecer y marcharse. No cuando ni siquiera tuviste la oportunidad de formar una familia. Cuando aún había muchos planes, sueños y proyectos juntos... Cuando todavía quedaban muchas cosas por vivir, muchos años por cumplir. 

Estoy sola, volteo a mi alrededor y todo me parece lento, insulso y gris. Muchas veces las cosas que más me gustaban se vuelven aburridas. Pero es que falta él para darle sentido a mi vida. Para que me de ánimos. 

Él era mi mundo. Su sonrisa iluminaba todo y solo bastaba que me mirara para que yo cayera rendida a sus pies. Por él yo era capaz de todo. Fui una novia muy cursi, pero valió la pena. Le demostré cuanto lo amaba. Eso de subir mesa y sillas a un puente peatonal solo para sorprenderlo y celebrar así nuestro primer aniversario de novios, no cualquiera. O levantarme más temprano, ir a su casa y pintar en su banqueta: Feliz día. Solo para que cuando saliera lo leyera :)

Eramos una pareja dispareja (por las estaturas), con gustos distintos y que logramos acoplarnos muy bien. Aún recuerdo cuando comenzamos a decorar nuestra casa. Para él no existían más colores que el negro, el azul y el gris. Yo tuve que intervenir y salpicar un poco con rojos, amarillos y tonos brillantes para que nuestro hogar no se viera tan triste. No es por nada pero hicimos una buena mancuerna decorando. Hoy me da gusto recibir visitar y que me digan: Que bien se ve tu casa. Creen que como soy diseñadora todo fue idea mía, pero no. Mi esposo aportó mucho. Tenía muy buenas ideas y siempre andaba ideando cosas para mejorar lo que se topara. Siempre me decía: Por algo soy ingeniero. 

Como echo de menos todo lo que él representaba. Me siento tan inútil sin él. Tan desconectada del mundo. Es como si estuviera viviendo una realidad alterna al resto de la gente. Como si todo fuera un mal sueño, que me quede atrapada en una burbuja desde la cual veo un mundo gris, taciturno...


Él se fue para nunca volver y se llevo la mitad de mi ser, se llevo parte de mi locura, de mi entusiasmo, de mi amor...