Buenos días... buenas tardes... son frases sencillas y que desde pequeños nos enseñan a decir para ser corteses y educados. O eso es lo que yo pensaba. Cada día me topo con menos gente cortés o con menos gente educada. Los saludos no son exclusivos para darse a los conocidos, creo que también deben darse a los desconocidos.
Hace
algún tiempo, trabajé en una oficina y mi escritorio estaba a un lado del reloj
checador. Así que como me gustaba llegar muy temprano, me tocaba ver y saludar
a todos mis compañeros. Me cayeran mal o no les tenía que saludar. Simple regla
de cortesía. No tiene nada que ver con la hipocresía (ese tema lo ahondaré en
otro blog) que para mi ex jefa era parte de su estrategia laboral (recordando,
será un tema que tocaré después).
Cuando
salgo a caminar cerca de casa, me molesta ver como las personas con las que me
topo desvían la mirada como evitando querer interactuar. No pasa nada si uno
dice "Buenos días". Al contrario, es agradable. Pero o la gente de
Saltillo le molesta ser cortés o la mayoría son maleducados.
Pero
no solo pasa con mis vecinos, pasa en todas partes. Me llama mucho la atención
lo que me pasa en el hospital cuando tengo que estar sentada en la sala de
espera (lo cual por una situación familiar es muy seguido). Me toca ver y
entrar gente varias veces y son contados con los dedos los que se toman la
molestia de saludar aunque ni me conozcan. Me he dado cuenta que me saludan
menos cuando estoy leyendo, tal vez la gente crea que por tener un libro en mis
manos, estoy concentrada en lo mío y entonces no los veo y por eso pasan como
si nada.
En
verdad que no pasa nada si pronunciamos esas cortas palabras a la gente que no
conocemos, al contrario creo que si interactuamos con ese saludo con las
personas que nos topamos, nos sentiremos mejor. Vamos a hacerlo un día y
veremos qué pasa :)
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