![]() |
Señalética que encontré en Iron Horse Trail |
San Ramón, es una ciudad que pertenece al condado de Contra Costa, en el estado de California, en los Estados Unidos. San Ramón es un suburbio de San Francisco y Oakland. Se encuentra a 40 minutos de estás dos ciudades.
En San Ramón están las oficinas principales de lo que antes fue la Pacif Bell, hoy conocida como AT&T y las oficinas corporativas de Chevron. Es gracias a esta última empresa que la ciudad ha crecido en su desarrollo urbano.
La ciudad colinda con Danville y Dublín. San Ramón es un valle, rodeado de bellas colinas.
En el 2012 mi esposo (qepd) trabajaba para una empresa de desarrollo de software ubicada en Monterrey, NL. Fue asignado a un proyecto que la empresa tenía con Chevron. Fue así como el 2 de Septiembre de 2012 llegamos a San Ramón, Ca.
Panorámica de la ciudad |
Teníamos 10 meses de casados. Iba a ser nuestro primer viaje como marido y mujer y la oportunidad de estar solos. Mi esposo que se pasaba de bueno, había dejado que un año antes de casarnos, su primo viviera con él porque no era de la ciudad donde vivimos y se había mudado por razones laborales. (Esa historia la contaré a parte porque es larga).
En el aeropuerto de San Francisco, nos esperaba su compañero de trabajo y proyecto Juan, quien semanas antes había viajado a la ciudad para comenzar el proyecto. Yo iba como siempre, con mi cámara en mano, tomando fotos de todo lo que encontraba a mi paso.
Nos instalamos en un hotel de permanencia larga que me encanto. Esos mini cuartos adaptados con todo lo necesario para pasar ahí meses me parecen geniales. Todo el espacio muy bien aprovechado y los muebles bien diseñados para transformarse. Lo mejor del hotel era que quedaba muy cerca, por no decir que casi pegado a las oficinas de Chevron donde mi esposo estaría trabajando. Bueno, San Ramón no es grande, en un día o casi en 4 horas puedes conocerla. No hay mucho que ver, solo hay oficinas de grandes empresas, colonias de clase alta y media-alta, algunos comercios entre verdes colinas. Solo me tocó ver 2 plazas comerciales, la que teníamos enfrente del hotel que era pequeña y la grande que contaba con un Target como tienda ancla.
![]() |
Mi vista de todos los días al salir del hotel |
Nuestros días comenzaban muy temprano. Desayunábamos juntos en la cafetería del hotel. Mi esposo se iba a trabajar y yo me iba a caminar y caminar. Me gusta mucho, a parte así iba conociendo la ciudad. En San Ramón cuentan con un camino llamado Iron Horse Trail, este sendero cruza por las ciudades de Pleasanton, Dublín, San Ramón, Danville, Álamo, Walnut Creek, Pleasant Hill y Concord. Cuando se complete, el sendero abarcará desde Livermore, en el condado central de Alameda, hasta la bahía de Suisun, en el extremo norte del condado de Contra Costa, a una distancia de 64 kilómetros entre dos condados y nueve comunidades. El sendero también se conecta directamente a las estaciones Dublin / Pleasanton y Pleasant Hill BART.
En este largo camino la gente sale a caminar, correr, andar en bicicleta, etc. En ella ves personas de todas las edades y hasta oficinistas. Una de las políticas de las empresas de la zona, es que los empleados hagan ejercicio durante su jornada laboral. Esto con el objetivo de evitar el sedentarismo y las enfermedades crónico degenerativas que cada día son más comunes.
La Iron Horse Trail era mi distracción, caminaba y tomaba fotos, así conocí un poco de San Ramón. Caminaba por horas hasta que el sol o el hambre me hacían volver al hotel. Ví desde ardillas hasta garzas.
En este largo camino la gente sale a caminar, correr, andar en bicicleta, etc. En ella ves personas de todas las edades y hasta oficinistas. Una de las políticas de las empresas de la zona, es que los empleados hagan ejercicio durante su jornada laboral. Esto con el objetivo de evitar el sedentarismo y las enfermedades crónico degenerativas que cada día son más comunes.
La Iron Horse Trail era mi distracción, caminaba y tomaba fotos, así conocí un poco de San Ramón. Caminaba por horas hasta que el sol o el hambre me hacían volver al hotel. Ví desde ardillas hasta garzas.
![]() |
Un tramo de la Iron Horse trail |
![]() |
Iron Horse Trail |
A veces en lugar de recorrer la vía, me iba a caminar por el parque central que estaba frente a nuestro hotel. En ocasiones me sentaba en el pasto y pensar en la nada. Pero eso sí, no dejaba de tomar fotos. Lo que me gustaba de este parque era la cantidad de campos de béisbol que había, mi papá hubiese sido feliz.
En el parque central había un centro comunitario donde se daba información de las actividades a hacer en la ciudad. Ademas de los campos de béisbol que mencioné, tenía un bello auditorio al aire libre, era una colina muy bonita. La vegetación de la ciudad hace que haya un pasto verde y flores por doquier. Además hay juegos para los niños, un arenero, un parque acuático y un área para los patinadores. Además cuenta con una zona con mesas y asadores. Todo muy limpio y con acceso libre.
![]() |
Parque Central |
![]() |
Parque Central |
![]() |
Parque Central |
Un punto turístico de la ciudad es la David Glass House, hogar de los pioneros. Para mi mala surte el día que pude ir estaba cerrado y tuve que conformarme con tomar fotos de la fachada.
![]() |
David Glass House |
![]() |
David Glass House |
De las actividades que me tocó ver durante mi estancia fue el festival de Art in the park, donde varios artistas locales exponían sus obras para que uno pudiera comprar. A parte de escuchar música y probar alguna que otra botana. Esa vez me topé con gente tan sencilla que posaron para mi de una manera tan relajada.
Otro evento que me tocó fue la Primo´s Run, en la cual se recaudan fondos para la educación. La gente puede elegir entre correr o caminar. Al final se hace un concierto y vendimia en el parque central.
Ambos eventos patrocinados por Chevron.
El hotel me encantaba porque era muy acogedor. Pequeño pero con todo lo necesario para vivir ahí, vaya por eso su nombre. Mi día favorito eran los miércoles en la hora feliz. No solo porque podía probar los vinos locales y la botana o comida que nos daban. Era un momento en el que mi esposo y yo nos sentábamos en el lobby del hotel y tonteábamos y platicábamos de todo y nada. Él me hacía burla porque yo no podía dejar de tomar el vino rosado que nos servían. Yo prácticamente no tomo pero ese vino era delicioso y luego con quesito y una buena compañía no me daba cuenta de que ya iba en mi tercera copa. Son esos detalles los que hacen este lugar muy especial y que nunca voy a olvidar.
Tenía mucho tiempo libre, en la mañana salía a caminar y regresaba al hotel para arreglarme y comer con mi esposo cuando su trabajo se lo permitía. En las tardes me quedaba un rato viendo la tele, jajajaja me hice fanática de los Impractical Jokers. Mientras editaba mis fotos y me ponía a navegar por internet. Como a las 6 regresaba mi esposo y cenábamos o salíamos a algún restaurante, a veces solos o en bola con sus compañeros de trabajo. No era un grupo grande, eramos 4 normalmente o a veces 6. Gente de diferentes países, ninguno era estadounidense. Gente muy amable y con la que me gustaba convivir, con ellos también nos íbamos a veces a recorrer San Francisco.
![]() |
Aquí está el grupo multicultural, falta uno y yo estoy detrás de la cámara |
A veces mi monotonía era interrumpida por Guadalupe, la joven que limpiaba la habitación. Con ella platicaba a pesar de que no coincidíamos en nada. Ella es la clásica mexicana que emigró y reniega de sus orígenes. Algo muy lamentable pero que que me tocó ver bastante en este viaje. Yo soy una parlanchina y platicaba con quien se prestara, desde saludar al gerente del supermercado que era de Guanajuato, al ayudante de cocina del restaurante japonés que estaba a un lado del hotel, que también era mexicano. Por hacerles plática a todos, fue como conocí a casi todo el personal de limpieza del hotel. El gerente era japonés que hablaba un perfecto español. El me cayó súper bien, porque un día me dijo: Cuando me vine a vivir a está parte del país, me dije, tienes que estudiar español, porque hay muchos latinos. Era un joven súper alivianado. Entre los empleados del hotel se encontraban mexicanos, hondureños y filipinos. A estos últimos siempre los confundíamos en que si eran o no mexicanos, hasta que ellos nos sacaban del error. Con el que tuve una experiencia mala, fue con el chófer y que a la vez era el vigilante del estacionamiento.
Un día Juan nos dice: el que vigila el estacionamiento tiene cara de mexicano, pasé y le dije: buenas noches y no me respondió...
Luego dijimos: Debe ser filipino, porque el joven que cubre recepción en la noche lo es y el otro día llegamos y le dijimos hola y se nos quedo viendo con ojos de plato hasta que nos dijo de donde era.
Un día tuve una emergencia, mi esposo estaba internado en terapia intensiva y en el hospital no me permitían quedarme, así que no tenía ni 5 minutos de haber llegado al hotel cuando mi marido me marcó para preguntarme si me había llevado su celular. Ya que no lo encontraba. Había ido al baño y al regresar a su cama este había desaparecido. Entonces fui a la recepción del hotel, gracias a dios estaba el gerente, a quien le expliqué que necesitaba que me llevaran al hospital. Entonces este volteó y le dijo todo en inglés al chófer. Cuando íbamos en camino, yo con mi muy mal inglés trate de hacer plática cuando me di cuenta de la perfección con la que este señor pronunciaba las Rs, así que le dije: ¿Dé dónde es?
Chófer: Guanajuato
Yo: (Súper enojada) ¿POR QUÉ SI ES MEXICANO, IGUAL QUE YO, CADA QUE LO SALUDO NO ME RESPONDE? Además, usted escuchó todo lo que le expliqué al gerente y este tuvo que traducirselo. ¿Por qué actúa como si no supiera español?
Chófer: A la gente no le gusta que uno hable español.
Yo: A los estadounidenses, tal vez, pero yo soy mexicana y lo he saludado muchas veces en español.
En eso llegamos al hospital, como mi esposo estaba en terapia intensiva no podía estar ahí, solo se me informó que iban a checar las cámaras y que regresara al hotel para estar ahí con mi marido al día siguiente a primera hora. Cuando ya estaba viendo el irme caminando, realmente el hotel no estaba lejos, pero ya eran como las 8 p.m y estaba muy oscuro. En eso, escuché un claxon y era el chófer del hotel, quien me estaba esperando. No sé si mi tono molesto en el que le reclamé que no hablara español lo hizo sentirse mal, aunque quiero pensar que vio que mi esposo estaba internado y yo sola y ahora si se compadecía de una paisana. No sé. Pero este tipo de gente que quiere olvidar de donde viene me caen muy mal. Como decimos los mexicanos, tienen el nopal pegado en la frente, es decir, por más que quieran renegar, no pueden ocultar que son mexicanos.
Sí, no todo fue miel sobre hojuelas en esos 2 meses que estuvimos en San Ramón. No solo por estos mexicanos que quieren hacerse pasar por estadounidenses, pero llevan la penitencia en el nombre (como Guadalupe), sus facciones y color de piel. Desafortunadamente en este viaje, mi esposo comenzó con problemas de salud. Y hay que sumarle que estando internado en el único hospital de la pequeña ciudad, el cual es privado, su celular fue robado. En una zona restringida, que para entrar tenías que pedir acceso vía telefónica. Las cámaras fueron revisadas sin éxito. El hospital no tuvo otra opción más que pagar el valor del celular, pero de acuerdo al mercado estadounidenses, cuando en México ese mismo aparato había costado mucho más. Pero bueno, al menos corrigieron su pésima seguridad. Con esto se comprueba que no importa la ciudad o país, donde sea uno puede ser víctima de robo. Jajajaja perdón pero que surte la de mi esposo y mía, con este incidente que relato y el que contaba en una publicación anterior de que en el 2014 nos robaron las maletas y mi celular en un hotel de "5" estrellas en un evento cristiano. Jajajajaja dónde quiera hay gente que gusta de tomar lo ajeno, no importa que sea un país mejor que el nuestro, un hotel de prestigio y mucho menos estando en un evento de gente espiritual por así llamarlas. Hoy todo queda como anécdotas pero en su momento vaya los sustos y preocupaciones en que nos hicieron entrar.
Pero el celular era lo de menos, claro que molestaba y mucho. Pero teníamos encima problemas más graves que atender. Mi esposo se veía y sentía muy mal. En esos 2 meses que estuvimos en la ciudad, fue hospitalizado tres veces. La primera vez, fue llevado de emergencia porque luego de un simulacro en el trabajo, le faltó el aire y se desvaneció en el trabajo. En urgencias desfilaron como 5 doctores, todos solo decían que estaba muy grave. Entre que hablaban con términos médicos y en inglés y que entraba y salía gente, yo me sentía como fuera de mi realidad. Recuerdo que me dieron unas hojas para que autorizara una transfusión de sangre y las enfermeras me presionaban. Estábamos solos y para sumar a todo esto, su empresa en Monterrey se había equivocado en su registro en el seguro médico. Entonces teníamos que estar lidiando con la encargada de seguros...
El hospital lo atendió, porque la política en EUA es atenderte y luego investigar como cobrarte. Pero si no pagas, siendo turista o trabajador temporal como mi esposo, si luego quieres ingresar a su país, no podrás hacerlo hasta pagar tu deuda. El asunto del seguro se resolvió muchos meses después cuando nosotros ya teníamos tiempo de haber vuelto a casa. Debido a que mi esposo estaba muy delicado de salud, la empresa tomó la decisión de regresarnos antes de tiempo a México.
Pero el celular era lo de menos, claro que molestaba y mucho. Pero teníamos encima problemas más graves que atender. Mi esposo se veía y sentía muy mal. En esos 2 meses que estuvimos en la ciudad, fue hospitalizado tres veces. La primera vez, fue llevado de emergencia porque luego de un simulacro en el trabajo, le faltó el aire y se desvaneció en el trabajo. En urgencias desfilaron como 5 doctores, todos solo decían que estaba muy grave. Entre que hablaban con términos médicos y en inglés y que entraba y salía gente, yo me sentía como fuera de mi realidad. Recuerdo que me dieron unas hojas para que autorizara una transfusión de sangre y las enfermeras me presionaban. Estábamos solos y para sumar a todo esto, su empresa en Monterrey se había equivocado en su registro en el seguro médico. Entonces teníamos que estar lidiando con la encargada de seguros...
El hospital lo atendió, porque la política en EUA es atenderte y luego investigar como cobrarte. Pero si no pagas, siendo turista o trabajador temporal como mi esposo, si luego quieres ingresar a su país, no podrás hacerlo hasta pagar tu deuda. El asunto del seguro se resolvió muchos meses después cuando nosotros ya teníamos tiempo de haber vuelto a casa. Debido a que mi esposo estaba muy delicado de salud, la empresa tomó la decisión de regresarnos antes de tiempo a México.
![]() |
San Ramon Regional Medical Center |
Cada vez que mi esposo tenía que ser internado, yo me ponía muy mal, mis nervios estaban al límite. Trataba de no demostrarle que por dentro estaba asustada y muy preocupada. Intentaba hacerle ver que estaba calmada. El tiempo que estuvo hospitalizado, pasaba todo el día con él hasta que me iba a dormir al hotel. Ya que supe muy tarde que si podía quedarme, pero en una sala común. Cuando dejaba el hospital e iba camino al hotel, aprovechaba para llorar, mi angustia y desesperación eran muy grandes. Comencé a extrañar mi casa y mi familia. A veces, o casi siempre, en el camino me topaba a Juan, que iba por mi para recogerme o llevarme a comer. En verdad que este muchacho se portó súper bien con nosotros. Fue muy amable. En especial cuando estábamos enfrentando el problema con el seguro. Él se encargo de enviar un correo a los directivos de la empresa e informar de la situación. Luego de ese correo se comunicaron conmigo los jefes de mi esposo. Como les dije antes, la situación tardó meses en resolverse.
Uno de esos días, en los que yo iba sumida en mis pensamientos y llorando, bajé la colina donde se encontraba el hospital y en frente de mi estaba un venado y detrás de él otro. Me asusté al principio, nunca había visto un venado en vivo y mucho menos a tan poco metros de distancia. Luego del miedo, me quede contemplando a los dos venaditos. Después se dieron la vuelta y se alejaron, cuando se iban, recordé que traía mi celular y les tomé una foto. Sé que en esa zona de California hay muchos venados y animales de todo tipo, pero yo nunca había tenido la oportunidad de verlos tan cerca. En eso pasó Juan y le conté lo que me acababa de ver y me dijo: Te cambio el semblante. Lo que haya sido, no olvido ese momento, fue especial para mi.
![]() |
Los venaditos alejándose |
Este viaje trajo de todo, momentos muy divertidos, inolvidables, desagradables. De todo, pero eso es lo que hace interesante la vida, una montaña rusa donde pasas de todo. Hoy cada que veo las fotos del viaje me da una nostalgia inmensa porque tengo fotos donde veo a mi esposo muy sonriente a pesar de su salud. El vivía el momento, sin preocuparse en el mañana. Hoy doy gracias a Dios que le haya dado la oportunidad de haber trabajado en ese proyecto y que yo haya podido acompañarlo, porque fue para ambos una experiencia que con sus momentos agridulces nos marcó.
![]() |
Las colinas de San Ramón, Ca. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario