domingo, 10 de diciembre de 2017

Con amor Vincent

Ya en otra entrada había comentado que admiro la obra de Van Gogh, que a pesar de no haber sido el mejor pintor, fue el que más amor y entusiasmo puso en su trabajo. El se apasiono con la pintura, ignorando las críticas y alentado con un amor y fe ciega por Teo, su hermano. Esas cartas donde se comunicaban, donde Vincent le enviaba sus bellos bocetos (sin duda sus dibujos al carbón son lo que más me gusta de su obra) y avances de sus obras, nos han permitido conocer más de ese loco e incomprendido genio que fue. 



Habemos muchos que admiramos a Van Gogh, que al ver sus cuadros nos transmite esas sensaciones de movimiento que él deseaba plasmar. 

Pues Dorota Kobiela y Hugh Welchman, luego de muchos años de trabajo, han creado un bello largometraje animado donde las obras de Van Gogh cobran vida. Se usaron cientos de lienzos pitandos al óleo para dar vida a esta bella historia donde el protagonista Armand Roulin tiene como misión entregar una carta que Vincent dejó. En el camino va entrevistándose con las personas que tuvieron contacto con el pintor antes de morir, y lo va llenando de curiosidad la misteriosa muerte del pintor. 

Esta película es un bello homenaje a Van Gogh, un genio de su tiempo sin saberlo y que se debatía entre la cordura y la locura y se pasaba horas bajo el sol pintando. 


Toda la cinta es una belleza y los créditos no pudieron quedar mejor, que de fondo escuchar el tema "Starry, starry Night" (Noche estrellada, nombre de una de las obras de Van Gogh). Es un tema tan melancólico, que al menos a mi me hizo derramar una que otra lágrima, porque para mi Vincent fue un genio, con esa técnica tal vez tan rupestre para muchos, pero que refleja movimiento, esas pinceladas tan bruscas y llenas de color que lo hicieron único. 



domingo, 29 de octubre de 2017

Estado civil: Viuda

Estado civil: es la situación de las personas físicas determinada por sus relaciones de familia, provenientes del matrimonio o del parentesco, que establece ciertos derechos y deberes.

Los estados cíviles son: 


  • Soltero/a
  • Casado/a
  • Divorciado/a
  • Viudo/a

Viudez es el estado de haber perdido al cónyuge por fallecimiento; si es un varón se le llama viudo, y si es mujer viuda. En términos generales, a la persona que está en este estado se denomina "cónyuge sobreviviviente" o "cónyuge supérstite".


Juana "la loca" ante el ferétro de Felipe "el hermoso"

Cuando mi esposo (qepd) y yo nos conocimos, teníamos 24 años y a ninguno le pasaba por su cabeza la idea del matrimonio. Cuando tocábamos el tema, cada uno exponía sus razones por las cuales no estaba preparado para casarse. Él dijo: nunca voy a casarme, no quiero dejar una viuda y huérfanos. Conforme pasó el tiempo y la convivencia, nos fuimos enamorando y comprometiendo más. Hasta el punto de que hablamos de si estábamos listos o no para el siguiente paso. Cuando yo quería el no y viceversa. Así estuvimos a lo largo de nuestro noviazgo, hasta el año en que él me propuso matrimonio. Alguna vez durante esa plática en la que él decía que no se casaría hasta el día en que nos comprometimos habíamos tocado el tema de la viudez una que otra vez. Yo era muy fantasiosa y siempre que hablaba de su muerte, yo le decía: ¿y si me toca morir a mi primero? Intentaba desviar el tema y la verdad, uno nunca sabe lo que sucederá. 

Estaba consciente desde que lo conocí que él podría morir primero por su enfermedad. Cada que terminaba hospitalizado (y vaya que fueron muchas) mi temor a perderlo era muy grande. 

Al fallecer, me encontré ante su mayor temor, viuda. Fue muy difícil aceptarlo. Asimilar que en eso me había convertido. Una palabra que me sonaba fuerte y me disgustaba. Muchos me dijeron que no tenía porque decirle a la gente que era viuda, pero por qué mentir... Oh ahí iba la poca inocencia que me quedaba. La gente es tan inconsciente, imprudente, morbosa y mala. 

Al principio me costó un poco de trabajo acostumbrarme a mi nueva condición social. Se me hacía un nudo en la garganta decir: soy viuda. Pero conforme pasó el tiempo me fui acostumbrando a mi nuevo estado civil, sin tenerle miedo ni detestarlo. Me ha costado más trabajo lidiar con las reacciones de la gente, que al no esperar la respuesta, se quedan mudas o dicen lo primero que cruza por su cabeza. Desde: ¿queeeeé? estás muy joven (como si eso indicara que no puedo ser viuda) o los que quieren saber más y comienzan a hacer preguntas de que si mi marido era muy joven, de que manera falleció, etc. O que te contesten: wow esperaba que respondieras, casada, soltera, pero viuda, no se que decir. Mejor no digas nada. La verdad muchas veces no esperamos empatía, pero es mejor que la gente se quede callada, a que con sus comentarios nos lastimen o hagan más incómoda la situación. Porque de todo lo que me han dicho, lo que más me molesta son los que te dicen: estás joven, tienes que rehacer tu vida, o ya te casarás de nuevo. Yo me casé con la persona que más he amado, me tocó la mala suerte de que partiera antes, pero no estoy de acuerdo en que tengo que REHACER mi vida, mi vida no se ha terminado, ni truncado, simplemente tomó otra dirección.

Hace poco en una entrevista de trabajo, la persona me dijo: viuda, mmmm no sabía que existía ese estado civil. En ese momento le eche una mirada de pocos amigos. Pero el señor dejo de interesarle mi perfil profesional y se preocupó más por saber sobre mi vida. 

Tal vez suene contradictorio que no me gusta lo que la gente responde ante mi respuesta de decir que soy viuda, pero la gente es tan imprudente, que si respondiera que soy soltera, saldrían con: ¿cómo? se te está pasando el tren y mil cosas más. Y aunque poco a poco ignoro los comentarios morbosos y mal intencionados, he decidido decir la verdad, soy viuda y no me da pena, pero no voy a contarte sobre como falleció mi pareja ni como ha sido lidiar con su ausencia. 

El tiempo me dará las armas para poder lidiar con la gente que nos llena de estigmas a las viudas. Como me sucedió hace poco en una cena con una conocida. Su cuñado empezó a hablar de la gente tatuada y me pregunta: ¿verdad que se ven mal? le contesté: No puedo decir nada en contra de eso porque yo tengo un tatuaje... Se quedo callado, a lo que mi conocida dijo: Es que ella es viuda. A ver, si, me hice un tatuaje en memoria de mi esposo, pero no significa que toda viuda se haga uno. O que yo por ser viuda me quise tatuar, no sé. Cuando ella dijo con una naturalidad y sin desparpajo mi estado civil, me quede muda y su cuñado también, por fortuna. Ya que yo no quería entrar en detalles ni de mi esposo, ni de mi tatuaje, el cual esta en un lugar muy visible, pero aún así no quería en plena cena extender mi brazo y decirles: ah si, miren, esto es lo que hice en memoria de mi esposo. No ando por la calle diciendo: ME TATUÉ PORQUE SOY VIUDA Y ESTA ERA LA INICIAL DEL NOMBRE DE MI ESPOSO. Si, su ausencia me hizo querer tatuarme, antes yo veía muy mal que la gente se marcara el cuerpo, pero la vida te lleva por caminos inesperados y nunca debemos decir: nunca... Pero repito, dejen de estigmatizar a la gente. 

La gente a parte de ser insensible, porque no es su pena, y porque aún no les toca pasar por algo tan fuerte, como perder a su pareja, los viudos pasamos a ser un objeto curioso. Ayer en una llamada telefónica con un asesor de seguridad, le comenté que era viuda y ¿qué sucedió? qué el señor, con el que antes las platicas eran concretas a la seguridad, quiso hacerme platica y preguntarme sobre mi vida hasta que le dije: es un tema con el que aún me cuesta lidiar y del que no me gusta hablar...(con desconocidos), eso último solo lo pensé y no lo dije, pero se quedo en la punta de la lengua. El caso es que el señor hasta tuvo el atrevimiento de invitarme un café para platicar... Si uno tiene que estar con las antenas bien alerta porque hay tanta gente tan mala y aprovechada. Tal vez este señor no tenía malas intenciones y solo tenía curiosidad, pero creo que no estuvo bien que me haya invitado a tomar un café así. 

No solo están estos casos, están los que quieren ofenderte. Hace unos meses varios vecinos y yo, les quitamos la administración de nuestro fraccionamiento a un grupo de personas que estaban robando. Las cosas no han sido fáciles y esta gente ha buscado el más mínimo pretexto para hacernos las cosas complicadas. Un día, una señora, la más señalada por todos de ladrona, agredió física y verbalmente al nuevo comité, yo iba pasando hacia mi casa, cuando me acerqué a ayudar. En eso, la ladrona y su pareja me vieron y me insultaron, me dijeron: viuda amargada y "te vamos a mandar a un hombre para que te haga el favor"... Increíble lo que mis oídos escucharon, si soy viuda y si ser una persona recta, honesta, exigente y estricta me hace amargada, lo soy, y creo que solo a mi me afecta, no a los demás. Que desde que falleció mi esposo he guardado luto y respeto, es algo que a la gente no debe importarle. Tal vez muera sola y sin salir de nuevo con nadie, como si yo tuviera ganas de buscar pareja en estos momentos. He tratado de no recibir gente en mi casa para no estar en malas lenguas y aún portándome decentemente me critican, pero que puedo esperar de esa familia, si nos robaron por 2 años y la hija es dama de compañía... Pero esa es otra historia. Aquí lo que me molesta es que la gente quiera ofender, y no lo logran porque los únicos que se ven mal gritando eso son ellos, muestran su nula capacidad de razonar y de que no tienen educación alguna. 

Soy viuda desde hace 2 años 9 meses y será una etiqueta con la que cargaré por siempre y que aunque en ocasiones me molesta, ahora la llevo con orgullo por lo que fue, por haberme casado con la persona que yo amé y a la que extraño cada día. 


lunes, 16 de octubre de 2017

Solo buscaba algo de paz...


Aquí,aquí,aquí no hay quien viva aquí no,aquí no
todos los días son así 
no podía imaginarlo cuando vine aquí 
solo buscaba algo de paz 
despierto en medio de un huracán 
aquí, aquí, aquí no hay quien viva aquí no, aquí no... 


A donde vayas siempre tendrás un vecino chismoso, un ruidoso, un indiferente y así la seguimos. No existe la colonia ideal ni aquí ni en China. Ahora que formo parte del comité de vecinos de mi fraccionamiento digo: ¿De dónde salió gente tan rara y loca? Es que vaya que algunos son exigentes, a otros les importa un pepino todo y cada día vivimos situaciones que parecen sacadas de un programa de televisión como "Aquí no hay quien viva" esa serie cómica de España que me parece de las más divertidas que he visto. 

A pesar de ser un programa español y que algunas cosas reflejan su idiosincrasia, muchas de las historias que retrata pueden pasar en cualquier lugar.  Aquí en México, Eugenio Derbez trajo el producto y lo tituló: "Vecinos"... No me desagrada la versión mexicana, cuenta con buenos actores como Macaria y Arturo López y sus personajes retratan a más de una persona que me ha tocado conocer. Nunca falta en algún sitio la señora vive de apariencias. 

Pero entre estos dos programas me quedo sin duda con la original. Las actuaciones se ven muy naturales y hay todo tipo de gente reflejada entre el elenco. 

La comunidad española de la serie tiene a las vecinas chismosas, que son Marisa, Vicenta y Concha, mejor conocidas como "radio patio", a las que no se les escapa nada. El presidente, el señor Cuesta que intenta siempre poner el orden pero muchas veces la necesidad o el salvar a algún vecino lo hace caer en el lado contrario. El portero Emilio que no sirve para nada pero cuando no está todo se vuelve un caos. A la "hierbas", que es de mis favoritas, ella mejor evade la realidad con su porrito o lo que tenga al alcance, todo sea para desestresarse... Si en mi colonia las cosas siguen así, yo me convertiré en la hierbas... Pero el tema musical de la serie resume perfectamente todo lo que uno puede encontrar en su vecindario... Hasta las piedras escuchan

domingo, 8 de octubre de 2017

Vecinos

"Una buena cerca hace buenos vecinos"...

De eso no cabe duda, y es que nunca sabes quien vive al lado de tu casa... "Caras vemos, corazones no sabemos". A lo largo de mi vida, he ocupado 4 casas en ciudades y colonias distintas.

Mi primer y segunda casa estuvieron en la misma colonia en la ciudad de México. La colonia Educación, que es una zona de clase alta y media. Lo que recuerdo de esos casi 12 años que pasé ahí, es gente cordial. Nadie molestaba a nadie o andaba de chismoso. Cada quien en su vida y asuntos. No había vecinos molestos que pusieran su música a todo volumen o que hicieran fiesta a cada raro. La paz de la zona acabo a principios de los 90´s con los robos y asaltos que hicieron que muchas personas nos mudáramos a otra parte del país.

Era una zona muy limpia y bonita y tuve vecinos importantes, como Miguel España (futbolista) y Chico Ché. Este último a pesar de ser muy famoso, era súper sencillo. Los niños le gritábamos de lejos y él solo nos sonreía y respondía el saludo. Eran tan común topártelo en el mercado (establecido, porque había uno genial sobre ruedas) comiendo quesadillas o montado en su bici en las calles de la colonia.

Además de ellos, también tuve de vecina a la abuelita postiza (su hijo se había casado en 2as nupcias con la mamá del futbolista) del piojo Herrera, una dulce viejita que yo quería como si fuera mi abuelita de verdad, siempre que iba al mercado pasaba por mi casa y nosotros bajamos a saludarla muy contentos. Recuerdo haber entrado a su casa unas cuantas veces, y lo que siempre me llamó la atención fue la mega foto del piojo con su uniforme del atlante a la entrada de la casa. También entre mis vecinos estaba una media hermana de Paco Stanley, pero como ella era de la primer familia, su relación con el comediante no era nada buena. Aún así, la señora era muy agradable y algunas veces nos invitó a comer.

Yo siempre decía que cuando fuera adulto iba a regresárme a la ciudad de México y comprarme una casa en esa colonia. Pero la vida nos llevo por otros caminos. Lo mejor de todo era que mi kinder y primaria estaban súper cerca. Los miércoles eran la onda porque se ponía un mercado sobre ruedas que tenía puestos de todo tipo. Mis favoritos eran: la señora que vendía moños para el cabello, la señora que vendía productos importados, siempre le compraba calcomanías, libretas o cualquier cosa de ese tipo que hasta la fecha me siguen gustando (me sigo gastando dinero en esas cosas cada que me topo plumas de colores o diseños raros), el señor que vendía galletas mac ma a granel y dulces, pero la favorita y donde se iba mi dinero era con la señora que vendía ropa de Barbie. Cada miércoles mi papá nos dejaba dinero para gastar y los ahorrábamos porque nos perdíamos en los puestos.

Cuando me vine a vivir al norte, llegué a una colonia muy similar. Pero a pesar de ser un lugar más pequeño y donde uno podría pensar que la gente es más amable, no conocí en los 22 años que viví en la misma casa, más que a mis vecinos de los lados. La pareja que vivía al lado izquierdo, eran unos viejitos cascarrabias. En el otro extremo era un señor que vivía con sus dos hijas, las cuales durante un tiempo fueron amigas de una de mis hermanas, hasta que quien sabe porque se pelearon. Años después llegó una familia también defeña, que tenia 3 hijos. A ellos solo los conozco de hola y adiós, pero se ven buenas personas. A un lado de los viejitos cascarrabias vive la vecina que desde que llegué a ahí, no dejo de visitarnos a toda hora. Ha estado en los buenos y malos momentos de mi familia y ya la incluimos en todo, cabe señalar que es paisana mía. Hasta hace poco me quedaba pensando porque nuestros vecinos no nos hablaban, si mi abuelito era súper agradable y era oriudo de la ciudad. Pero el haber vivido en el D.F. tantos años hizo que cargara la penitencia del rechazo. Es verdad, aún hay mucha gente que nos rechaza por ser de allá. La verdad me choca como la gente generaliza. 

Al casarme, luego de buscar y buscar algo que se adaptara a nuestras necesidades y presupuesto, escogimos una casa al poniente de la ciudad. Una zona que en verdad no me gusta, pero de la cual ya me adapté. Es una colonia cerrada y uno pensaría que la gente aquí sería más educada y que decepción. Entre las vecinas chismosas, el señor que pone su música a todo volumen, el administrador que roba, el que se mete en sentido contrario y a toda velocidad, me estoy volviendo loca. En verdad me han hecho pensar en vender y huir de ellos. Siempre dicen que a donde vayas tendrás gente molesta, pero es la primera vez pareciera que me encuentro en el buque de la Tempestad de Shakespeare... El infierno está vacío y todos los demonios están aquí...

Puede sonar exagerado pero cuando no puedes tener 5 minutos de paz o sin que la gente se meta en tu vida, en verdad que compruebas que la gente puede ser muy mala solo por placer. 

miércoles, 23 de agosto de 2017

¿Y para cuándo tendrás hijos?

A la gente nunca le das gusto y siempre quieren saber más de lo necesario.

Si no tienes novio: ¿por qué no traes novio? O sea, ellos que saben si eres de gustos especiales y selectiva... O si no tienes ganas de traer pareja.

Si tienes novio: ¿Cuándo te casas? Como si todas las parejas tuvieran que casarse o si ellos fueran a pagarte la boda y la casa y todo lo que conlleva un matrimonio. Pues si no es cualquier cosa...

Cuando te casas: ¿Cuándo tendrás hijos?  La gente qué sabe sobre los planes de pareja. de si quieres esperar un rato, si lo has intentado y no has logrado embarazarte o si simplemente no quieres. No todas las mujeres desean ser madres.

Estoy harta que la gente siempre te diga: Ten hijos para que no te quedes sola... Para eso me consigo un perro.

Ten un hijo para darle sentido a tu vida... ¿En serio? Tengo otras prioridades antes que criar a un humano. ¿Qué les hace creer que mi vida no tiene sentido?

¿Quién te cuidará de viejo? Jajajajaja  ¿quien les asegura que tener hijos hará que velen por ustedes en su vejez? Los hijos muchas veces en la vejez es donde abandonan a sus padres por considerarlos una carga.

Ahora, no puedo decir: NUNCA tendré hijos, porque también puede que por descuido, accidente o mil situaciones quede embarazada. Aunque estoy en una edad que es un riesgo porque ya estoy rozando los 40´s. A parte en mi condición de viuda como que sería muy irresponsable tener hijos en estos momentos de mi vida. Si no los tuve con el amor de mi vida, como que estaría muy complicado encontrar a otra persona que entienda lo que yo vivo y paso en estos momentos.
En verdad es muy molesto estar escuchando esto a cada rato. O acaso uno les dice: ¿Y tú para cuando dejarás de hacer preguntas incómodas y te dedicarás a tu vida?


martes, 18 de julio de 2017

PalaBROTAS


No es por querer parecer una santurrona, pero en verdad que me dan pena ajena las mujeres que escriben y hablan así. Muchos dirán, qué exagerada... Tal vez lo sea, pero se ven corrientes al usar este lenguaje, con un idioma tan rico y abundante, ¿por qué usar groserías? ¿para sentirse en onda? Lo que más confusión me provoca este tipo de comentarios, es que muchas de las mujeres que se expresan así aparentan ser niñas "bien", niñas "fresas", y diría que intentan aparentar algo que no son, porque si fueran niñas bien educadas y fresas no usarían palabras altisonantes para hablar. 

En verdad mujeres: No se expresen así, se leen mal y se ven vulgares. Hay que ser congruentes con lo que somos y decimos. 


jueves, 22 de junio de 2017

Amistad...


A lo largo de la vida la gente va y viene y son contados los que permanecen a nuestro lado. Esas personas son las que valen la pena, que nos quieren a pesar de que seamos difíciles de querer. Que nos aceptan como somos, con todos nuestros defectos y con nuestras pocas virtudes. Esos amigos son los importantes, por los que vale la pena hacer maroma y teatro para escucharlos, ayudarlos cuando nos necesiten. 

Cuando un amigo se aleja, lo dejo irse, no lo retengo, ¿para qué? Si regresa será bienvenido pero la amistad no será igual, porque se perdió la confianza y el hilo. Se le estima, si, mucho, pero las cosas no vuelven a ser iguales. Porque esa persona se quedo en el pasado y hay que retomar todo donde se le puso pausa. 

Por eso soy feliz con tener como 3 amigas, pero que han estado a mi lado sin importar si soy la peor persona sobre la tierra. Que me han ayudado en los momentos más complicados y que sin importar mi forma de ser me quieren y no tratan de cambiarme y si no lo logran se alejan. Esas contadas amigas son a las que quiero y les digo: Gracias por haber permanecido. 

martes, 20 de junio de 2017

No compres problemas ajenos

Cuando queremos mucho a alguien es normal que todo lo que le pase nos interese y preocupe. Pero si está persona (sea un familiar, pareja o amigo) tiene un conflicto con otras personas tenemos que ser maduros para separar el cariño y no cargar con problemas ajenos que a la larga solos nos traerán enemistades gratis. 

A veces el cariño nos ciega y creemos que todo problema que tengan nuestros seres queridos es también nuestro. Si por alguna razón tienen conflictos de cualquier tipo, hay que ayudar pero no comprarnos el problema completo. Al hacerlo nos ganamos conflictos gratis y enemigos. 

El apoyo no significa que perdamos la visión. Debemos ser más maduros y saber separar las situaciones. No nos tomemos tan personal las cosas, cada quien que cargue con sus asuntos propios. 

Cuando nos tomamos a manera personal todo y lo ajeno estamos perdidos. Suena sencillo decir que no debemos meternos, porque cuando un ser querido atraviesa una situación difícil quisiéramos partirnos en dos y resolver el problema. Pero podemos escuchar, apoyar pero mantenernos al margen y no hacernos responsables de solucionar el conflicto. 

A veces es tanto el cariño que hasta cosas tan insignificantes que si las vemos claramente son irrelevantes, las hacemos más grandes de lo que son y luego andamos metidos en problemas que no nos atañen, pero que por querer ser empáticos y buenos con nuestro ser querido terminamos envueltos. 

Hay que ser maduros, a veces fríos y decir: No es mi problema, no debe meterme.  

domingo, 28 de mayo de 2017

Extrañando a mi perrhija


El 23 de mayo se cumplió un año que mi pequeña falleció y aún no me recupero. Sé que el tiempo curará la herida, la cual no ha cicatrizado y sigue doliendo como el primer día. La extraño todo el tiempo. Extraño su ladrido, su olor, sus bellos ojos de botón, sentir su cuerpecito junto al mío al dormir. Mi hija perruna que fue lo mejor que me pudo pasar en la vida. 

Solo entienden los que han querido un perro como a un hijo, el dolor tan grande y el hueco enorme que nos dejan con su muerte. Los perritos son tan fieles y leales. Nos entregan su corazón desde el primer día. Son nuestros compañeros en las buenas y en las malas. Yo extraño eso, su compañía y todo lo que mi pequeña representó en mi vida, porque es cierto, fue mi mejor amiga. La que estuvo a mi lado consolando mis tristezas y compartiendo mis alegrías. Extraño tanto ver su carita de "ya no llores" cuando me sentía triste. Extraño verla brincando de emoción cuando escuchaba las llaves. Esa criatura tan pequeña dejo un espacio enorme que nada ni nadie podrá reemplazar y que solo el tiempo (que se me hace eterno) podrá ir curando. 

Hoy sé, porque así quiero pensarlo más bien, que su alma descansa en paz y que su espíritu me acompaña en todo momento. Mi pequeña Coffee mocha. 

miércoles, 24 de mayo de 2017

Florida...La parte mala del viaje

Como relataba en la otra entrada, desde el 2012 mi esposo comenzó con problemas de salud. Aunque llevaba un seguimiento médico, la enfermedad ya comenzaba a mostrar los estragos en su cuerpo, luego de varios años de descuido. La mañana que me recogió en el aeropuerto de Orlando y que me dijo que no mencionara nada de hospitales, yo vi a mi esposo más delgado de lo que era.

Durante una semana lo vi, cansado, sin ánimos, sin fuerza, sin poder retener alimento. Pero una mañana, alrededor de una hora después de haberse ido a trabajar, regreso al hotel para decirme:  Acompáñame al hospital. 

Al llegar al hospital, inmediatamente lo atendieron. En las dos horas siguientes pasarían ante nosotros una cantidad infinita de doctores que solo decían: Está muy grave. Una doctora no daba crédito cuando le preguntó a mi esposo, cuánto tiempo lleva con los malestares y él contestó que un mes. Ella decía, es que un mes es demasiado, no debiste dejar pasar tanto tiempo. La dificultad para caminar y ver es porque tus riñones ya no funcionan, estás intoxicado.

Fue un tiempo que se me hizo eterno mientras nos decían que se iba a hacer. No dejaban de entrar médicos y enfermeros. Mi esposo hablaba inglés, pero no faltaba el enfermero payaso que le decía: i don´t understand... Entre eso y que yo no hablo inglés, mi desesperación fue aumentando. Me sentía abrumada cuando intentaban explicarme lo que se iba a hacer y que yo tenia que firmar las autorizaciones para estudios y que le realizaran transfusiones sanguíneas. 

Cerca de las 6:00 pm lo ingresaron a piso. El lugar era muy elegante, nos explicaron que tiempo atrás Disney había construido el edificio para hacer un hotel de lujo, pero el proyecto se truncó y para no dejar el lugar sin uso se vendió a un grupo de inversionistas que crearon el Florida Hospital Celebration Health. 



Nos instalaron en una habitación de cuidados intensivos que estaba muy equipada y elegante. Los enfermeros se portaron muy amables, tanto que de repente me sorprendieron llevándome algo para que cenara. Ese sándwich iba a ser mi primer alimento en todo el día. Aún recuerdo ese gesto y lloro. Porque sin importar si un hospital es privado o público, cuando alguien voltea a ver al acompañante y lo reconforta se agradece, porque si, los que se llevan la peor parte son los pacientes pero uno que está ahí a su lado, se cansa, se siente perdido. 

Después de comer, yo esperaba que me dijeran que era el momento de retirarme, pero en cambio, entró el técnico de enfermero y comenzó a acomodar un sillón que estaba al fondo y al terminar me dijo que ahí estaba mi cama. Wow ¿cómo? me iban a permitir quedarme en la misma habitación que él y hasta me prepararon la cama. Estábamos siendo tratados muy bien.

A la mañana siguiente, a primera hora nos trasladaron al Florida Hospital Orlando, para que le pusieran el catéter para realizarle las hemodiálisis. Debido a que sus riñones ya no funcionaban.   



Al mismo tiempo que mi esposo era subido en la ambulancia, había otro paciente que también sería llevado al mismo centro médico en otro vehículo. Cuando el cirujano que realizaría el proceso nos explicó (gracias a Dios era latino, hablaba un español mocho pero se supo dar a entender) que es lo que se haría, llegó una enfermera, que dulcemente me dirigió a una sala de espera... Ahí entre no saber que hacer, se sentaba a mi lado la familiar del otro paciente que había llegado con mi esposo. Cómo yo la vi blanca y pelo güero, la saludé en inglés y al ver como batallaba me dijo: Hablo español. Ay fue un alivio para mi. Su nombre es Vero, ella estaba acompañando a su tío, al que también le iban a colocar un catéter para hemodiálisis. Así que platicamos y nos hicimos compañía una hora y media aproximadamente, hasta que la enfermera fue por nosotras. 

Cuando vi a mi esposo, este estaba profundamente dormido. Eso me tranquilizó pero a penas estaba empezando esto...

Mi esposo seguía débil y con muchos malestares. Esa primer noche no dormimos, porque él se sentía muy mal y lloraba y yo con él. Pero yo de miedo, le rogaba a Dios que no se lo llevara. Al día siguiente llegó a la habitación un joven con una máquina de hemodiálisis, luego de explicar el funcionamiento, nos dijo que el proceso tardaría 4 horas. Mi esposo estaba renuente a que le hicieran el tratamiento y durante esas 4 horas fue discusión con el enfermero, quien le decía: No digas eso, esto te salvará la vida...



Gracias a esa hemodiálisis, al día siguiente mi esposo amaneció un poco mejor, y esa noche, luego de la segunda sesión, su ánimo volvía. 

A la mañana siguiente, luego de 2 hemodiálisis, él estaba viendo la televisión, un capitulo de Family guy, cuando de repente soltó una carcajada. La enfermera en turno corrió a ver que sucedía y respiró profundo cuando vio que mi esposo estaba muy sonriente viendo la televisión.  


Estuvo internado una semana, en la cual estuvimos solitos, nadie fue a vernos, y era lógico, en dos meses no hizo tantas amistades o más bien fueron solo compañeros de trabajo que se limitaron a una convivencia laboral.  Cuando lo dieron de alta y pasamos a caja, no tuvimos la amarga experiencia de San Ramón, Ca. porque en este proyecto si le habían dado sus números de seguro correctos. De hecho el cajero nos dijo: que buena póliza de seguros tiene, es cobertura amplia, ni yo siendo empleado del hospital cuento con algo así. 

La última sesión de hemodiálisis que le faltaba se la tendría que hacer al día siguiente en un centro en Orlando, ya que el hospital no contaba con el área de hemodialisis a pesar de ser ultra moderno y de lujo. 

El centro de hemodiálisis se encontraba en un gueto, por eso nos habían advertido de no llevar con nosotros nada de valor. Es que para los estadounidenses los guetos son las zonas donde habitan las personas de raza afroamericana y que ellos consideran maleantes. Sí vimos que al ingresar las casas eran más sencillas y algunas calles estaban sucias. Pero dentro del centro médico todo fue normal. En las 3 horas que mi esposo estuvo en su sesión, me tocó ver entrar y salir gente de todo tipo, de todas las edades, algunos llegaban solos y conduciendo y otros en ambulancia. 

Por lo delicado que estuvo mi esposo y que el proyecto para el cual lo habían mandado se había cancelado días antes (casi a la par de cuando fue internado), nos informaron que regresaríamos a casa en dos días más.

Nuestro último día

Esa mañana él se despertó muy temprano, quería ir a comprar algunas cosas. Fuimos a varias tiendas, cuando se detuvo en un seven eleven. Me dijo: Me está bajando el azúcar, tráeme algo... Cuando regresé, que no me tardé ni un minuto, él estaba desvanecido en el asiento del copiloto. No sabía que hacer, porque no podía moverlo. En mi desesperación un joven estadounidense se detuvo a ayudarme, pero no podíamos. En eso mi esposo comenzó a gritar y a golpear con los nudillos el volante, solo decía: ya quiero irme a casa, déjenme...

De repente un joven latino se acercó y habló al 911. Cuando explicaba que pasaba, solo dijo: está como loco... Mi esposo: ¡No estoy loco!

No sé cuanto pasó pero se me hizo muy rápido, teníamos estacionado atrás a un policía, el carro de bomberos y una ambulancia. Yo no sé en que momento el coche estaba rodeado de gente y mis manos llenas de jugos y dulces. Pasaron minutos y trato de recordar y en verdad no puedo, solo sé que todos me hacían preguntas y yo no sabía ni que decir, estaba petrificada. En eso, un paramédico me hizo a un lado y comenzó a hablar despacio, me pidió que le explicara en español. Le dije que mi esposo era diabético, y que antier había salido del hospital y que mañana regresábamos a México, que el hotel en el que estábamos hospedados era el que estaba detrás del seven eleven. En eso los paramédicos ya habían logrado sacarlo del auto y llevarlo a la ambulancia. Luego de 10 minutos el policía me dijo: Se encuentra estable, tenga las llaves y llévelo a que duerma.(Claro, en inglés, pero si le entendí). Así que hice eso y en la habitación me solté a llorar como una niña cuando no pasaron ni 20 minutos y mi marido me dice: ¿Por qué tengo sangre en las manos? 

El no recordaba nada de los sucedido y como ya se sentía bien, tenía que terminar sus compras. Yo le decía que ya, que descansara, pero él era terco y no podía regresar sin sus cochinitos, unos marranitos de cerámica que había visto en el cracker barrel. 

La verdad yo estaba asustada, enojada y cuando llegamos luego de terminar las compras me dijo: Para cerrar con broche de oro nuestro viaje y que se te pase el susto te voy a llevar a cenar a un restaurante japonés donde te cocinan en la mesa.


A pesar de no querer ir en un principio, me la pasé bien, él siempre lograba hacer que mi enojo se esfumara porque comenzaba a bromear. 

A veces, quisiera ser como él. Vivir la vida sin estar pensando tanto. El vivía el momento. Siempre me dijo. Voy a morir joven y no quiero privarme de nada.

Al día siguiente partimos, cada uno con itinerario diferente para acabarla. Nosotros no habíamos comprado los boletos, la compañía solo había comprado el de él y ajustado el mio. Así que el voló de Orlando-Houston-México y yo: Orlando-Atlanta-México. Y para hacer todo más desesperante mi vuelo de Atlanta a México se retrasó 2 horas. Al llegar por fin y abrirse las puertas de salida, estaba mi flaquito esperándome. Ansioso por regresar a casa, aún nos faltaba un par de horas más para decir hogar dulce hogar.




miércoles, 17 de mayo de 2017

La regla de Oro de la puntualidad

Si estás 5 minutos antes, estás a TIEMPO

Si estás a tiempo, ya estás TARDE.

Si estás tarde, ya no ESTÁS

La puntualidad significa:


  • Orden
  • Disciplina
  • Respeto
  • Responsabilidad
  • Actitud positiva

Y lo más importante: la puntualidad es el alma de la cortesía.

Dirán, por qué lo repites, bueno porque cada día me topo con gente tan grosera que cree que es correcto hacerte esperar y perder el tiempo. 


viernes, 12 de mayo de 2017

Tratar de estar mejor

...No te compliques más
Siempre hay una razón
Tratar de revivir
Tratar de estar mejor...

Así dice una canción que en 1994 se quedó en mi cabeza. Tenía yo solo 14 años y recuerdo que el ritmo y la letra me gustaron bastante. Desde ese momento comencé a buscar discos de Diego Torres sin éxito. Fue hasta el 2004, que la gente, al menos en la ciudad donde vivo, supo bien de quien se trataba. Tardé 10 años en hacerme de un disco de él, fue gracias al unplugged de MTV que las cosas cambiaron. Este fue un éxito y se vendía como pan caliente, lo que hizo que sus discos anteriores también se exhibieran en las vitrinas. 

La música de Diego me gusta mucho, sus letras con mensajes positivos, me hacen ver que no vale la pena enfrascarme en cosas sin sentido, que todo en la vida cambia y se resuelve. Me hace tanto bien escucharlo, que cuando me siento triste y necesito ánimos sus discos son mi medicina. Mi antídoto a la tristeza es DIEGOTORRIZARME :)


...Después de haber sufrido un tiempo 
Y las tormentas que el viento se llevó 
Después de haber curado un poco 
Las heridas de este pobre corazón
De nuevo quise pararme
Tranquilo, de a poco ver el sol 
Y solo quise encontrarme, conmigo
Y de nuevo escuchar mi voz
Bendito el aire que me hace sentir
Que estoy vivo y que puedo ser feliz, uh, uh 
Bendito el tiempo no me deja mentir 
Que los años me enseñaron a vivir...
Bendito

Y mejor me voy a escucharlo porque en verdad que su positivismo y su romanticismo sin caer en la cursilería me hace sentir muy bien.

...la vida vale la pena
si aprendo hacer el camino...
Que no me pierda



Aquí el video de "Tratar de estar mejor", ese tema que me hizo su fan.


 





lunes, 8 de mayo de 2017

Florida... La parte bonita del viaje

Los sueños se pueden hacer realidad...Sí, con un poco de fe y suerte. Por más descabellados que parezcan, nunca debemos perder la esperanza, está es la última que muere.

Toda mi infancia no dejé de escuchar a mi abuelito decir: Un día iremos a Disneylandia... Dicen que del dicho al hecho hay un gran trecho. Porque ese día nunca llegó, lo más cercano de lo que nos prometió, fue llevarnos a Reino aventura unas 3 ó 4 veces en nuestra niñez. Digamos que el dinero no era obstáculo para él, pero como lo quise mucho y aún lo respeto aunque ya no este entre nosotros, diré que la lejanía del lugar y la edad son las cosas que le impidieron cumplir esa promesa a sus ilusionados nietos. Claro que no pasa nada si alguien no te cumple, pero cuando eres niño, esas ilusiones significaban muchísimo.

Aunque, varios años después mi abuelito trataría de "resarcir" su promesa, cuando el viaje de final de cursos de la secundaria se tenia planeado para Orlando. En esa época vivía con él. Así que todo lo que yo necesitara corría por su cuenta, así como los permisos para viajar.  Desafortunadamente hubo una devaluación muy fuerte que hacía imposible o más bien, muy caro el viaje a Estados Unidos y la escuela canceló y cambio el destino a Guadalajara. 

Pasaron los años y pues ese deseo de conocer la tierra de los sueños se fue apagando. Pero a veces el niño interno sigue guardando la esperanza. 

En Mayo del 2013, mi esposo fue asignado a un proyecto con Disney, en Orlando, Fl. Él estaba contento de ser enviado fuera del país, luego de lo sucedido en San Ramón, Ca. un año antes. Su salud no estaba bien. Pero él insistía en que no pasaba nada. Por cuestiones de políticas esta vez no pude acompañarlo. Yo viaje por nuestros propios medios un mes después. 


La manera en que mi esposo anotó mi número de vuelo. 

La mañana de Junio cuando me recogió en el aeropuerto de Orlando, lo vi mal. Recuerdo que me dijo muy serio: para evitar problemas entre nosotros no quiero que menciones nada de hospitales. Él era muy necio y no quería atenderse, más que nada porque no deseaba ser enviado antes de tiempo a casa y tener que abandonar el proyecto. A él le gustaba que lo mandaran de viaje. 

Como tenía mucho trabajo y llegaba ya tarde al hotel. Salíamos poco a conocer la ciudad. Cuando él se iba a trabajar, yo me quedaba encerrada en el hotel. Muchos dirán: Estabas loca, en una zona turística. Sí, pero el calor y la humedad del lugar hacían las salidas insoportables y más cuando te tienes que mover a pie. Cuando me animaba a salir, regresaba casi de inmediato al hotel a refrescarme.


Yo descansando en Celebration

Entre mis paseos sola, fue recorrer la comunidad de Celebration, que nos quedaba a 5 minutos en auto y caminando como a 40 minutos del hotel. Una mañana mi esposo antes de ir al trabajo me acercó a este sitio, que me encantó, no dejé de tomar fotos. El regreso fue sofocante, lo hice a pie y aún recuerdo que vacié el frigobar del cuarto porque me deshidraté. El calor tan fuerte o las intensas lluvias eran lo que me impedían salir del hotel. Por eso en ese viaje mi mejor compañero fue mi libro de "El perfume". No me quedaba de otra que sentarme cómodamente en el sillón o la cama y a leer. A veces, solo unas contadas ocasiones, me iba a la alberca del hotel. Pero como estábamos en una ciudad turística, esta siempre estaba llena de niños o de gente rara. Bueno, lo de gente rara, fue sólo por una ocasión. Estaba yo recostada en un camastro y desde lejos observaba a un señor que iba de una mujer a otra conversando. De repente lo vi caminar hacía mi. Intento sacarme plática, pero la verdad me dio mucha desconfianza que mejor me despedí y me fui caminando lo más rápido que pude a mi habitación. Por eso y otras cosas no salía de mi cuarto. No era como en San Ramón, que tenía la alberca y jacuzzi para mi sola y que podía ir por la ciudad sin compañía a cualquier hora del día. Ya que en Kissimme, (que era donde estábamos, a solo 5 minutos de Orlando) a parte de muchos turistas, hay una cantidad increíble de vagabundos. Esto también hacía que mejor no me alejara mucho del hotel. A parte a mi esposo no le gustaba que saliera, por lo mismo, porque cerca del hotel, había un puente que pasaba por encima de un arroyo y ahí se juntaba un grupo de indigentes. Así que buscaba como entretenerme leyendo o escribiendo. 




A veces mientras iban a limpiar mi habitación platicaba con las camareras, no me tocó las mala experiencia de San Ramón, por el contrario, la chica mexicana que a veces iba, hablaba con nostalgia de su tierra y de como ella trataba de inculcar a su hija nuestra cultura. En ocasiones mi cuarto lo limpiaba una muy platicadora y dicharachera señora boricua. Que cuando me vio la primera vez me dijo: Ay que gusto conocerte. Tu esposo me dijo la semana pasada que ibas a llegar y que por favor limpiara muy bien el cuarto. Ay que guapo está tu esposo, si las muchachas y yo decíamos, el joven de la habitación "x" es muy serio y guapo, ¿estará casado?. Me dio mucha risa porque sin conocerme se soltó a hablar.  

Mi esposo comenzó con problemas de salud (en otra publicación platicaré los detalles médicos) y muchas veces no tenía fuerza ni ganas de salir. Pero el 4 de Julio nos tocó estar allá y salimos un rato a ver la celebración. Nos fuimos a Celebration a ver los fuegos artificiales. 



Como no sabíamos cuanto tiempo estaríamos en la ciudad, porque el proyecto tambaleaba. (En el 2012, la película de John Carter fue un fracaso y aunque había pasado un año, Disney aún no se recuperaba). Mi esposo y yo estuvimos analizando cual de todos los parques debíamos conocer. A parte teníamos que ver nuestro limitado presupuesto. No es tan económico el boleto de acceso. En ese año, cada uno costaba alrededor de 90 dólares, que convertido a pesos mexicanos lo hacía exorbitante para nosotros.

Nos decidimos por  Magic Kingdom, ya que era el tradicional. Mi esposo en su niñez había viajado a Disney en Los Angeles, pero no le molestaba visitar de nuevo las atracciones, con tal de que yo cumpliera mi sueño. Gracias a un empleado de Disney, conseguimos los boletos muy económicos, casi gratis. 

¿Quién me iba a decir que el sueño de infancia iba a ser cumplido de adulta, en mis 30´s y de la mano de mi esposo?

La mañana de ese día, yo iba como niña, con una sonrisa de oreja a oreja. Le dije a mi esposo, solo quiero una cosa: unas orejas de Mimi. Él: Sí, pero no puedes quitártelas en todo el día. Jajajaja no hacia falta que me hiciera prometer eso porque la niña que hay dentro de mi, no iba a querer quitárselas nunca. Él, en todo momento trataba de mantenerme ilusionada, mientras esperábamos que se abriera el parque. Me decía: Amor, vamos a ver a Mickey y al Pato Donald. 

Cuando nos subimos al juego de Dumbo. Mi esposo me decía: Amor, estamos volando en Dumbo. Me daba tanta ternura verlo así, como un niño que no había perdido la ilusión y que me hacía regresar a mi infancia.

Fue un paseo inolvidable, cansado pero que guardo en mi memoria. Cuando salíamos de ahí no dejaba de pensar en que por algo todas las otras veces el viaje a Disney se había frustrado, tenia que conocerlo por y con mi marido, para que fuera más significativo. Para que cada que recuerde ese viaje se ilumine una sonrisa en mi rostro. Para que cuando vea nuestras fotos, solo diga: Gracias. 

Continuará...

En Disney los sueños se cumplen

sábado, 6 de mayo de 2017

El pasto del vecino siempre es más verde...

Hace un año, mientras yo regaba mis plantas, una vecina se acercó a mi puerta y me dijo: ¿Cómo le haces para que tus flores estén así de bonitas? Mi respuesta: nada, hago lo normal, las riego cada tercer día. Me pidió le regalara un callito de mi geranio y se fue. ´

Varias semanas después salí a caminar y pasé por una casa con un jardín lleno de macetas con flores de todos colores y todas bien cuidadas. En eso el perro de esa casa comenzó a ladrar desesperado, la dueña de la casa salió y resultó ser la vecina que me había pedido un cayo de mi geranio. En ese momento me pregunté, por qué me había preguntado lo de mis flores, si era obvio que las de ella estaban mucho más bellas que las mías y tenia abundantes macetas en su casa. No sé si solo lo hizo por curiosidad, por hacerme plática o qué se yo. Esto me lleva a pensar en esa frase que he escuchado muchas veces de:

el pasto del vecino siempre es más verde... 

Podemos tener lo mismo, pero ¿por qué siempre nos va a parecer que la otra parte tiene algo mejor? 

¿Es envidia o complejos? Me ha tocado escuchar a amigos decir: Sutanito tiene suerte de traer coches nuevos cada año; Menganito siempre logra tener excelentes trabajos de la nada... en cambio uno batalla el triple para lograr hacerse de algo...

¿Por qué nos fijamos en lo que tienen otros y no en nuestros propios logros? ¿Por qué razón no gozamos lo que tenemos o lo que hemos conseguido? ¿Por qué siempre nos parece mejor lo de otros? Qué si la casa del vecino está más grande y bonita que la nuestra. Que si su coche es mejor que el que nosotros traemos. Qué si tiene mejor trabajo que nosotros, que si su pareja es más tierna que la nuestra, que le va mejor, etc. Tal vez a veces la frustración y el cansancio de los sacrificios para obtener algo nos hace voltear y ver lo de otros mucho mejor. O pensamos, porque lo desconocemos, que esas personas han logrado lo que tienen sin batallar. Pero no nos consta y lo que menos tenemos que hacer es pensar o creer que solo nosotros sufrimos para lograr algo y a los demás les cae del cielo. 

En lugar de hacernos menos y quejarnos por el éxito o suerte de los otros, hay que enfocarnos en nuestra vida, en nuestras propias luchas. Disfrutar lo poco o mucho que tengamos. Claro que muchas veces no hemos llegado a donde deseamos porque la vida nos llevo por caminos inesperados y diferentes a los que nos imaginamos cuando eramos niños. Pero en lugar de rendirnos y darnos por vencidos, debemos enfrentar estos cambios y retos como oportunidades y fijarnos metas nuevas. Si nos la pasamos viendo más verde el pasto del vecino, que el nuestro, la vida se nos va a ir en pequeñeces.